Hablar con Espido Freire es hacerlo con una de las voces más reputadas de la escena literaria del panorama estatal. Escritora, editora, columnista y responsable de E+F, la empresa que Freire creó en 2006 con la intención de acercar la cultura a la sociedad, la autora de Irlanda y Soria Moria nos cuenta las líneas maestras de su último proyecto, la obra coral Una copa para dos: relatos de mujer y vino, en la que ha participado como autora y editora. Una entrevista de RUBÉN IZQUIERDO

Carte promocional del proyecto coral Una copa para dos

Una copa para dos: relatos de mujer y vino es uno de los proyectos más recientes en los que Espido Freire ha participado. Autora de una prolífica trayectoría literaria, cada nuevo trabajo de la responsable de Irlanda es saludo como todo un acontecimiento literario, gracias a un estilo muy personal y a su innata capacidad para tejer universos propios con una personalidad muy marcada. En Una copa para dos Espido Freire ha asumido además funciones de editora, un proyecto valiente que tiene como principal objetivo el de reivindicar la relación entre la mujer y el vino. «Hay muchas obras que hablan del vino y su entorno», nos comenta. «Pero muy pocos lo hacen sobre su relación con la mujer».

Foto de familia de la presentación de Una copa para dos

Recientemente has editado Una copa para dos: relatos de mujer y vino. ¿Cómo te llega la propuesta para participar en el proyecto?
Este libro se gestó debido al interés de Santiago Vivanco por un libro que reuniera el mundo de la mujer y del vino. Debido a la amistad que mantenemos y al vínculo establecido con Dinastía Vivanco, la bodega, y su museo del vino, pareció lógico que coordinara los relatos de autores y autoras que pudieran ofrecer una visión inédita y literaria.

Rosa Regás, Lorenzo Silva, Juan Cruz, Boris Izaguirre… En el libro has logrado reunir un abanico de colaboraciones de alto nivel. Tú participas además con «Intenso», un texto donde la melancolía vuelve a jugar un papel importante. ¿Es el estado anímico en el que mejor se desenvuelven tus personajes?
No, no lo creo. En Irlanda había poca melancolía, y no digamos en Soria Moria.  De hecho, creo que la protagonista se rige más por la nostalgia que por la melancolía. Me interesa el estudio emocional de los personajes, que es un aspecto que trabajo todo lo posible, ya sea en novela o en relato.

«Uno de mis mayores placeres es tomar una copa de vino a solas, mientras leo o contemplo lo que me rodea». El vino ha estado presente en grandes obras literarias o cinematográficas. ¿Con qué sensaciones entraste en el proyecto y con cuáles sales?
Cada proyecto crece y se transforma y, como los niños, en ocasiones se parece a lo que esperábamos de ellos, y en otras toma vida propia y no lo hace. Creo que el libro es sólido y se lee con agrado. Y, por mi parte, me encantan los proyectos diferentes, y las colaboraciones con mundos muy distantes al mío.

El vino «genera vida, sonrisas, contactos, puntos en común». Siendo como es España un país de gran tradición vinícola esta obra actúa como una gran reivindicación. ¿Había tratado bien hasta ahora la literatura Española al Vino y su particular universo o con este libro se remedia un olvido inexplicable?
Bien. Creo que hay muchos libros que hablan del vino y su entorno, pero pocos que lo relacionen con la mujer. Quizás el mayor mérito de esta iniciativa sea, precisamente, el cubrir ese hueco.

Hablábamos del placer de disfrutar del vino durante una sesión de lectura. ¿Con qué libro has disfrutado más y mejor una copa de vino?
Con Hamlet. Pero lo leí cuando no tenía edad de beber vino, ni soñaba tan siquiera con ello…

El lanzamiento del libro coincide con la exposición Una copa para dos: la mujer a través de la cultura del Vino, en la que se reivindica el rol de le femenino en la vinicultura. ¿Es el mundo del vino un mundo machista?
Eso deberían decirlo los que pertenecen al mundo del vino. Creo que, como en muchos otros campos, es algo en plena apertura y evolución.

Portada de Irlanda, su primera novela

Catorce años después de su sonado debut con Irlanda, y trece del premio Planeta que logró con Melocotones helados, hablamos con Espido Freire acerca de sus hábitos -en realidad falta de hábitos- de escritura, un mecanismo que ha variado según el estado vital que se encontraba. «La forma de trabajar no es la misma», entiendo como un proceso natural lógico los cambios que el paso del tiempo propicia. «Quince años transforman a cualquiera», nos aclara al tiempo que admite el haber ganado el Premio Planeta no le pesó «en absoluto» a la hora de seguir avanzando en su sólida carrera literaria. 

A lo largo de estos años he ganado en sutileza y profundidad, seguramente a costa de sacrificar cierta intensidad

Ya han pasado 14 años de tu debut con Irlanda y 13 del premio Planeta por Melocotones Helados. ¿En qué ha cambiado la Espido Freire escritora desde entonces? ¿Mantienes tus mismos hábitos?
Bueno, creo que nunca he tenido hábitos, si como tal se entienden las manías. La forma de trabajar, de leer, de estudiar, no es la misma, ni lo es la dedicación y la intensidad que ahora puedo destinarle. Creo que he ganado en sutileza y en profundidad, posiblemente a costa de sacrificar cierta intensidad. Por lo demás, y dentro de una coherencia, 15 años transforman vitalmente a cualquiera.

En su momento fue todo un acontecimiento tu premio por Melocotones helados. ¿Te pesó el ser la autora más joven en ganar el Planeta?
No, para nada.

Hablábamos antes de la melancolía. Muchas de tus novelas tienen un componente onírico innegociable ya desde Irlanda, visible en obras como Diabulus in música o Donde siempre es octubre…
Sí, creo que era algo mucho más evidente y con más peso en las obras juveniles. Me interesaba mucho distanciarme del costumbrismo, tan habitual en la literatura española, y adentrarme en la multiplicidad de interpretaciones. Los distintos puntos de vista y de interpretación de una acción, las motivaciones que impulsan a un personaje siguen fascinándome, y, además, me enseñan a vivir. Creo, de todas maneras, que una carrera literaria puede ser muy larga, y por lo tanto, puede evolucionar o puede saltar de un lado a otro, en pruebas muy diversas. Una vez encontrada una voz propia, las historias pueden cambiar a nuestro antojo.

Tu faceta de ensayista es también muy conocida. Tu doble trabajo sobre el mileurismo ha sido todo un boom. ¿Le darás continuidad o la lucha por mejorar esa situación es ya una batalla perdida?
Creo que, aunque los dos ensayos siguen siendo válidos, nos enfrentamos a unos cambios imposibles de preveer hace seis años, y eso requerirá otros enfoques y otros artículos o ensayos. Sería interesante que autores más jóvenes ofrecieran también su visión.

La autora de Irlanda en una imagen de archivo // http://www.clubcultura.com

De un tiempo a esta parte, el cierre de ADN ha sido uno de los mayores varapalos profesionales a los que se ha enfrentado. Espido Freire era autora de una de las columnas de opinión más celebradas del gratuito de Planeta, un encuentro en 1520 caracteres con su público que le ha dejado un gran vacío, un cierre que le sirve para reflexionar sobre los cambios se han producido en los últimos años en el género de la Opinión, cambios han ido a más de un tiempo a esta parte de manera sintomática.

El cierre de ADN lo encaré con enorme tristeza, echo de menos aquellos 1520 caracteres . Nos encontramos ante una cascada de cierres en muy pocos meses

Uno de los grandes alicientes de los viernes era tu columna en ADN. ¿Cómo encajaste la noticia de su desaparición
Con enorme tristeza, y con la desesperación de encontrarnos en una cascada de cierres en muy pocos meses. ¿Qué puedo decir? Para mí era una cita semanal con lectores y con desconocidos. Echo mucho de menos esos 1520 caracteres…

Siguiendo con tu faceta de columnista, ¿cómo crees que afectará la crisis global que afecta a la prensa escrita al género? ¿El salto al digital corre el riesgo de fundir columas de opinión y blogs?
Ya ha afectado. La opinión y quienes la ejercen no son los mismos, la información objetiva deja paso a la subjetividad. Y de hecho, muchas columnas ya se publicaban por parte de los periódicos como blogs, y creo que, para quien desee hacerlo, el límite es muy delgado.

¿No te has planteado abrir un blog?
De momento, no. No me planteo un blog, pero todo se encuentra en pleno cambio, y no sé qué decidiré en un futuro…

Espido Freire dirige y coordina las actividades de E+F // http://www.clubcultura.com

Antes de acabar, le preguntamos a Espido sobre el funcionamiento de E+F, la empresa que ella misma creó en 2006 amparándose en tres pilares: la creación de conceptos culturales; la formación a través de diferentes cursos de creación literaria; y la comunicación, tejiendo acciones específicas de marketing y diseño. E+F es uno de los grandes motivos de orgullo de Espido Freire, un proyecto con el que ella misma se muestra «muy exigente», confiriendo un sistema basado sobre todo en el trabajo y que le ha dado la satisfacción de ver como «muchos de mis alumons han publicado ya con éxito desde que pasaron por la escuela».

Mi gran éxito al frente de E+F ha sido ver como muchos de mis alumnos han publicado sus obras con éxito. En la escuela soy muy exigente, no tolero las exhibiciones de ego

Tú has tocado prácticamente todos los géneros literarios. En E+F, ¿con qué perfil de estudiante os soléis encontrar?
Depende de si las clases son en la escuela o fuera, en cualquier otra ciudad. No hay un perfil concreto. Desde el anciano que desea escribir y autoeditar sus memorias para su familia, al cachorro ambicioso que quiere publicar a toda costa, al autor que ha publicado algo pero busca otro método… la mayoría son mujeres, cerca del 70% lo son.

¿Qué método siges en las clases?
Soy muy exigente, y creo en un sistema basado en el trabajo, la autoevaluación y la estructura. Nada de debates en las clases, ni de exhibiciones de ego. Tengo el orgullo de que varios de mis alumnos están publicando con éxito, y de que el método funciona.

Uno de los cursos que habéis dado recientemente es el de Liderazgo para Mujeres. Lo femenino siempre ha jugado un papel importante en tu obra, y es algo que recuperas con Intenso. ¿Alguno de tus personajes sintetizan al 100%100 la imagen de la feminidad según Espido Freire?
¡Me temo que aún no! Me cuesta hablar en blancos y negros… y si algo define mis personajes es esa gama gris en la que se mueven. Muchas no se conocen. Otras no desean conocerse. Hay pocas mujeres, aunque por edad lo sean, y muchas niñas eternas.